Trabajo, estudio, compromisos: nuestro día a día puede estar lleno de actividades y a raíz de ello muchas veces la alimentación pasa a un segundo plano. Comemos a las apuradas, resolvemos con lo que se puede y simplemente ingerimos alimentos pero realmente no nos nutrimos.
Una de las soluciones para no caer en esto, es la organización y planificación de nuestras comidas, para así asegurarnos de estar consumiendo todos los nutrientes que necesitamos.
¡En este artículo te presentamos 7 claves fundamentales para poder adoptar y mantener hábitos saludables!
1) Planificá tus comidas
Pensá opciones que te gusten para desayunos, almuerzos, meriendas y cenas completas. Dedicá un rato de tu tiempo libre a dejar preparaciones básicas listas: arroz integral, pasta, huevos duros/poche, hojas verdes limpias, wok de vegetales, papas/calabazas cocidas en cubitos, budines saludables. Para esto va a ser fundamental que te amigues con el freezer y los tuppers herméticos, grandes aliados a la hora de conservar tus alimentos.
2) Hacé una lista de compras en base a esas comidas antes de ir al súper
De esta forma, te aseguras tener todo lo necesario antes de empezar a preparar tus comidas. Además, hacés una compra más consciente y ahorras dinero, comprando sólo lo que necesitás!
3) Agregá color a tus platos
Si un plato tiene un solo color/tono, probablemente esté incompleto. Agregá vegetales (cocidos y crudos). Preferí las versiones integrales de los alimentos que tienen más fibra, sumá semillas y condimentos (de esta forma hay menos necesidad de agregar sal a las comidas y realzamos el sabor).
4) Que el agua sea tu principal fuente de hidratación a lo largo del día
Si bien podemos tomar infusiones como mate, café, té, lo ideal es que el agua represente la mayor parte del líquido que consumimos a diario.
Y muy importante: ¡no hay que esperar a sentir sed para hidratarse!
5) Evitá el picoteo entre comidas e incorporá colaciones en caso de ser necesarias
Cuando picamos entre comidas, perdemos el control de lo que consumimos. Al no visualizar los alimentos que estamos ingiriendo, no tenemos la posibilidad de medir ni de controlar las cantidades. Lo mismo pasa si picoteamos demasiado cuando estamos preparando la comida.
Hay muchas opciones de colaciones saludables (puñado de frutos secos, frutas, yogur, ensaladas de frutas, barritas saludables). De esta manera podemos controlar el hambre que sentimos entre comidas y cambiar el picoteo por una alternativa nutritiva.
6) Limitá el consumo de alimentos ultraprocesados y grasas saturadas.
Productos como carnes con excesiva cantidad de grasa, embutidos, panificados, fritos, azúcares simples, productos con exceso de sal/sodio, deben ser únicamente de consumo ocasional y no formar parte de nuestra alimentación habitual.
7) Mantenete activo/a
Cuando puedas: caminá, utilizá las escaleras en lugar del ascensor. Si tenés la posibilidad, realizá actividad física al menos 2 veces por semana. Es fundamental acompañar la alimentación saludable con un estilo de vida activo y ejercicio físico.
La idea no es hacer cambios drásticos de un día para el otro. La clave está en realizar pequeñas acciones positivas cada día y poder mantenerlas a largo plazo, de forma tal que en un momento vas a adquirirlas como un hábito.
Pequeños hábitos sostenidos en el tiempo significan grandes logros. Y si hablamos de alimentación, salimos ganando por todos lados: nos sentimos mejor, con más energía, compramos lo que necesitamos y tenemos la heladera más organizada y optimizamos el tiempo! sobre todo en estas fechas que no abunda!).
¡Animate a probar estas 7 claves y empezá a incorporar buenos hábitos en tu alimentación!
Paula Agustina Borrescio
Lic. en Nutrición (UBA)
FUENTE IMAGENES: Julie Aagaard Y Ella Olsson