Con el verano llega el calor, el sol, la playa y las vacaciones. Por momentos salimos de nuestra rutina habitual, los horarios de las comidas cambian, y se pueden ver modificadas nuestras costumbres saludables. Además, las altas temperaturas hacen necesario un cambio en nuestra forma de alimentarnos, debiendo prestar especial atención a nuestra hidratación.
¡A continuación te dejamos algunos consejos para adaptar tu alimentación a esta época del año!
Optá por opciones frescas
Es la época perfecta para consumir ensaladas variadas: de vegetales, pasta salad, con legumbres, con atún, con pollo y también ensaladas de frutas y gelatina.
Para desayunos y meriendas, una gran opción es el yogur con granola o frutas y los smoothies saludables.
¡Prestá especial atención a tu hidratación!
Es muy importante aumentar la ingesta de líquidos durante el verano ya que con las altas temperaturas nuestro organismo pierde mucha agua por sudor/transpiración, y estas pérdidas hay que reponerlas. Que tu principal fuente de hidratación sea el agua (8 vasos por día, aproximadamente).
Elegí infusiones frías
Las mismas que consumís habitualmente como té, café con leche, podés seguir consumiéndolas pero con su variante fría, ¡súper refrescante!.
Incluí frutas y vegetales variados en tu dieta
Este grupo de alimentos contiene mucha agua, vitaminas, minerales y fibra. Además, su digestión es muy ligera, ideal para el clima caluroso. Podés también prepararte jugos y licuados, como una opción refrescante y una forma rica y práctica de consumir frutas.
Evitar comidas muy pesadas/grasosas y prestar atención a la forma de cocción
Preparaciones como guisos, estofados, frituras, pueden caernos pesado por el aporte de grasa y la temperatura a la que se sirven. En lo posible, evitar o disminuir su consumo durante esta época del año.
Pero más allá de los alimentos que consumís, la forma en la que los preparás también es importante. Priorizá los alimentos en crudo, como puede ser el caso de las ensaladas, y las formas de cocción como parrilla, al vapor, al horno o a la plancha, evitando la fritura.
Prepará helados saludables
Simplemente corta y congelá frutas en cubitos: banana, durazno, mango, frutos rojos. Colocalos en una licuadora junto a un chorrito de leche/bebida vegetal, y listo! Tenés un helado súper fresco y saludable para las tardes de verano. Podés incluir toppings como: mantequilla de maní, chips de chocolate amargo, granola, coco rallado, etc!
Realizá más ingestas de menor volumen
Para evitar una mala digestión o que las comidas te caigan muy pesadas, una buena estrategia es dividir tus comidas en tomas más pequeñas, por ejemplo: desayuno + colación de media mañana + almuerzo + merienda y cena. En lugar de realizar simplemente un desayuno muy pesado y luego una cena. De esta forma, te asegurás no tener hambre ni que te caigan mal las comidas. En verano estamos mucho más en movimiento y para ello es ideal poder sentirnos livianos!
En definitiva: este verano hidratate y combiná una buena alimentación basada en frutas y vegetales frescos y mantenete en movimiento.
Y lo más importante…¡Disfrutá!
¡Espero que te sirvan estos consejos!
Paula Agustina Borrescio
Lic. en Nutrición (UBA)
MN 10841